Sea como sea sacamos horas para entrenar, programamos lo que queremos hacer o por lo menos nos esforzamos en sacar adelante las semanas. Nos marcamos objetivos y las competiciones a realizar. Pasan los días preparándonos para ese momento en el que la voz de ¡ya! a modo de bocina o pistoletazo hace que se desaten las hostilidades competitivas.
Entre esa preparación, esa voz de preparados, y el famoso ¡ya!, existe el listos. Has entrenado y estás preparado (mejor o peor, pero has llegado hasta ahí) sin embargo debes estar listo. Cuando hablo de listo me refiero a que hacemos un buen calentamiento. Son muchos los artículos y los textos que hacen referencia al calentamiento, como hacerlo, tipos de calentamiento, su progresión, su especificidad, su duración, etc, pero son pocos los deportistas aficionados que lo realizan correctamente o incluso casi ni lo hacen ( me atrevería a decir que en elite también ocurre lo mismo).
Los ajustes necesarios sabemos que no estarán a punto sino caliento correctamente por lo que el rendimiento se verá mermado en la competición. Esto es lo que le pasó a uno de nuestros deportistas en su primera competición de la temporada.
Antes de darle el tirón de orejas públicamente, debo felicitar a nuestro Mariete que quedó cuarto en la primera prueba del Open de Madrid siendo el primero de los locales.
Sus comentarios sobre la competición fueron:
“Hice 4º no puede calentar y la carrera no se dio muy bien... Corrimos 20 y me di cuenta que hice una buena salida, iba primero pero no pude seguir con el ritmo y me pasaron unos cuantos luego ya les pase a los que pude ...”
Entre esa preparación, esa voz de preparados, y el famoso ¡ya!, existe el listos. Has entrenado y estás preparado (mejor o peor, pero has llegado hasta ahí) sin embargo debes estar listo. Cuando hablo de listo me refiero a que hacemos un buen calentamiento. Son muchos los artículos y los textos que hacen referencia al calentamiento, como hacerlo, tipos de calentamiento, su progresión, su especificidad, su duración, etc, pero son pocos los deportistas aficionados que lo realizan correctamente o incluso casi ni lo hacen ( me atrevería a decir que en elite también ocurre lo mismo).
Los ajustes necesarios sabemos que no estarán a punto sino caliento correctamente por lo que el rendimiento se verá mermado en la competición. Esto es lo que le pasó a uno de nuestros deportistas en su primera competición de la temporada.
Antes de darle el tirón de orejas públicamente, debo felicitar a nuestro Mariete que quedó cuarto en la primera prueba del Open de Madrid siendo el primero de los locales.
Sus comentarios sobre la competición fueron:
“Hice 4º no puede calentar y la carrera no se dio muy bien... Corrimos 20 y me di cuenta que hice una buena salida, iba primero pero no pude seguir con el ritmo y me pasaron unos cuantos luego ya les pase a los que pude ...”
“No me dio tiempo para calentar y al principio me atasqué, luego fui cogiendo a gente pero no pude alcanzar a los de delante”
En definitiva, hemos preparado la competición pero cuando sonó el ya... él no estaba listo. Lo estuvo cuando su cuerpo se ajustó y reaccionó al esfuerzo. En un principio salió fuerte pero no estaba listo para soportar ese “bombazo” y se fue abajo. Su cuerpo ante esa exigencia se atascó, se frenó y cuando ya estuvo “LISTO” reaccionó y pudo exprimirse al máximo. Resultado, cuarto y con la rabia de pensar que podía haber quedado mejor.
Ya lo sabemos... “el preparados y ya no es lo mismo sin el listos”